por Pedro de la Hoz
Dentro de los fenómenos irrepetibles de la música cubana, la orquesta Aragón tiene un espacio. No por cumplir este 30 de septiembre 75 años de su fundación —la longevidad de un colectivo, por sí misma, es un rasgo admirable—, sino por la jerarquía artística ininterrumpidamente sostenida y la trascendencia de un legado vivo y actual.
El epíteto con que suele denominarse a la orquesta —la Charanga Eterna— resume el valor de la agrupación ante los ojos y oídos de su pueblo. El tema de presentación, que culmina con la criollísima afirmación “¡ponle el cuño, es la Aragón!”, revela su condición principal: la irreductible identidad de una obra. Podrán sonar orquestas con formatos similares y repertorios parecidos —no pocas de excelencia, antes, después y, menos, ahora— pero de cerca o a lo lejos, bastan los primeros acordes y coros, para saber que es la Aragón y no otra la que suena. Sigue leyendo →
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