La nuevas (y no tan nuevas) tecnologías, ocupan un lugar preponderante incluso para quienes no tienen un acceso directo a ellas. Las formas de producir y procesar la información desde hace años se han trastocado, y con ellas las formas de hacer política, economía, cultura, y de vivir en sociedad.
Entre esas transformaciones destaca una que pone sobre la mesa algo que compete lo mismo a ciudadanos que a gobiernos y organizaciones internacionales: la seguridad.
Con esa palabra de orden se reunió esta mañana en el Palacio de las Convenciones el panel integrado por Yulia Olegonova, agregada del Departamento para los asuntos de nuevos desafíos y amenazas del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia; Enrique Amestoy, asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores para temas de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Uruguay y Li Tao, director general de la Oficina de políticas y regulaciones del ciberespacio de China.
La moderación estuvo a cargo de la Doctora Rosa Miriam Elizalde, periodista y editora principal de Cubadebate. Los análisis tuvieron lugar en el marco de la Conferencia Internacional Nuevos Escenarios de la Comunicación Política en el ámbito digital que sesiona desde el 5 hasta el 7 de junio.
Ciberseguridad a debate
Elizalde enfatizó en que el proceso para garantizar la soberanía y la seguridad de una nación comienza por sus habitantes, por lo tanto, es un fenómeno en el que resulta decisiva la cultura de la ciudadanía.
El director general de la Oficina de políticas y regulaciones del ciberespacio de China mencionó que una gran parte de la economía China opera en escenarios virtuales, tal es el caso de Alibaba, el gigante de comercio electrónico que protagonizó el 19 de septiembre la mayor presentación a la bolsa en la historia de Wall Street.
Comentó que la estrategia para la ciberseguridad en su país consta de cuatro puntos fundamentales. El primero relacionado con el respeto a la soberanía y la oposición a la hegemonía de una sola nación (o un pequeño grupo de ellas) en escenarios virtuales. El segundo fundamento se centra en la garantía de la seguridad política, cultural, económica e informática, sobre todo en países víctimas de monitoreos, ataques y robos de información. El tercero pretende mantener el orden cibernético y garantizar la libertad ciudadana en el ciberespacio. En ese sentido afirmó que la libertad es el motivo del orden, y el orden es la garantía de la libertad. En cuarto lugar mencionó la necesidad de centrarse en la tolerancia y en el aprendizaje mutuo.
La agregada del Departamento para los asuntos de nuevos desafíos y amenazas del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia hizo hincapié en la necesidad de ampliar el marco jurídico internacional con tal de solucionar la cuestión del empleo del derecho internacional para actuar en conflictos políticos internacionales que se gestan en el ámbito digital. El fin máximo a perseguir sería en este caso evitar la militarización del espacio informativo y evitar los ataques usando las TIC.
Enrique Amestoy, asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores para temas de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Uruguay, centró su intervención en las políticas que ha desarrollado su país en torno al uso de la tecnología. Amestoy considera que es incorrecto bloquear el acceso a cualquier tipo de contenido, y ve en los procesos de alfabetización tecnológica y en la migración a software libre la posibilidad de orientar a los usuarios, sobre todo a los niños, a prácticas seguras.
Entre las propuestas más interesantes de los asistentes al debate se encuentra el proyecto de modificar la arquitectura de Internet, de manera que la raíz deje de ser solo una y se multiplique.
Si bien las opiniones de quienes formaron parte del debate no siempre coincidieron, el consenso es que el acceso a Internet debe servir al interés de los países y formar parte de las estrategias de las naciones para salir de la pobreza y fortalecer las relaciones de cooperación y beneficio mutuo.
El acceso a Internet, y las maneras de garantizar la protección de la privacidad de los usuarios, los secretos de estado y el tráfico de información, requiere poner sobre la mesa el tema de la ciberseguridad con reflexiones capaces de aunar pluralidad de criterios que trasciendan una mirada hegemónica del fenómeno en pro de la construcción de un nuevo modelo de Internet.
La conclusión fundamental del panel estuvo curiosamente en las palabras de inicio de Rosa Miriam Elizalde: el tema de la ciberseguridad no debe ser visto desde una posición tecnocrática, que aprecia la tecnología como dispositivos y maquinarias. El análisis debe tener en cuenta que el uso que de las TIC se hace supone casi infinitas posibilidades políticas y culturales de democratización y empoderamiento de los seres humanos.
tomado de Cubadebate