Defendiendo la realidad cubana


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San Isidro, contra la Patria.

Nota de prensa de la Alianza Martiana de Miami.

Las organizaciones de la emigración cubana y latinoamericana que en Miami integran la Coalición Martiana: la Brigada Antonio Maceo; la Alianza Martiana –como organización individual-; la Asociación Cultural José Martí; el Círculo Bolivariano de Miami, Negra Hipólita; la Asociación de Mujeres; y Radio Miami, enérgicamente condenamos la política de subversión y agresión de la Administración de Trump contra el pueblo cubano, evidenciada recientemente por la operación dirigida por ese gobierno y sus lacayos de siempre conocida por San Isidro.

Innumerables son este tipo de operaciones subversivas de los gobiernos estadounidenses contra la estabilidad, la paz y la institucionalidad del pueblo cubano. Como muchas anteriores ésta fue de conocimiento de las autoridades cubanas antes de que se manifestara públicamente.

Nos alarma el que estas fuerzas subversivas no hayan aprendido del pasado. El mismo presidente Barack Obama reconoció hace años que esa política de subversión y agresión de Estados Unidos se consideraba obsoleta y derrotada. Desesperados tienen que estar los que dirigen esta política cuando el mismísimo funcionario diplomático de mayor rango en Cuba, su Encargado de Negocios, se involucró directamente, y quedó en evidencia,  en semejante perniciosa chapucería.

La Administración de Trump está en sus estertores; por eso su agonía se hace más perjudicial aún. En Estados Unidos hemos sido testigos de esa agonía demencial durante las semanas que han transcurrido desde el día de las elecciones presidenciales. Lo ocurrido con estos hechos conocidos por San Isidro también lo demuestra.

Confiamos que el nuevo gobierno estadounidense establezca en lo venidero una imprescindible política inteligente, de respeto, y beneficiosa para ambos pueblos.

(Tomado de Cubano y Punto)


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Por: Lisandra Fariñas AcostaIrene Pérez

La atención neonatal en Cuba, que inició en 1961, ha contribuido a disminuir cada año la mortalidad infantil. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

La medicina es como el arte del magisterio. Necesita convicción profunda y entrega absoluta. Diría un amigo cercano: una vez médico siempre médico, porque quien escoge este camino ya nunca más se pertenece.

Entre los tantos recuerdos de mi infancia y adolescencia tengo bien grabadas las palabras de mi madre: la doctora Caridad Ben logró que “la niña saliera de terapia”, luego de ese “derrame en el pulmón producto de una neumonía”.

Nunca la conocí. Pero muy pronto escuché hablar de esa médica entregada, cariñosa, preparada, hacedora del milagro de salvarme, “que no se despegó día y noche de la pequeña hasta sanarla”.

Desde entonces he conocido muchas doctoras con los atributos de aquella, y muy buenos médicos también. En todos he descubierto la calidez, que cura tanto como los fármacos más sofisticados.

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Por: Equipo Editorial Fidel Soldado de las Ideas

El yate Granma. Foto: Archivo.

Con una exactitud de relojero o de afinador de pianos, escribió Katiuska Blanco, Fidel había preparado la expedición a Cuba, una minuciosidad solo comparable con la otra de Fernando Magallanes al pensar en el avituallamiento de sus barcos para la búsqueda de un paso del Atlántico al Pacífico. El navegante portugués no olvidó ni las lámparas de aceite, ni la sal, ni los libros de navegación, ni las brújulas, ni los tratados sobre las estrellas y los vientos, ni las reses, ni los mapas, ni las sogas, ni las mantas, ni los anzuelos, ni los arcabuces, ni las dagas, ni los desvelos.

El jefe de la expedición a Cuba, posiblemente conoció los ímpetus del portugués por las lecturas del austríaco Stefan Zweig. No olvidó embarcar lo imprescindible en el yate Granma: las geografías del Caribe y de las corrientes del Golfo de México, las armas, las galletas y el agua, las historias de gaviotas, delfines y huracanes, las mochilas y las cantimploras, las cajas de balas, las linternas, los libros, la radio, el ansia revolucionaria de cada uno de los ochenta y dos hombres y aquella definitiva resolución de desembarcar con un fusil al hombro, en una costa cualquiera de Cuba.

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