Por: Javier Francisco
La ciudad del sur de La Florida ya no sólo es noticia por algún que otro tiroteo y los cada vez más altos precios de la renta sino también por la creciente intolerancia que ha llevado a la suspensión de presentaciones artísticas y el despido de presentadores en algunos medios por decir algo diferente a aquello que los círculos de poder local quieren escuchar.
Bien lo sabe el arzobispo de Miami, Thomas G. Wenski quien recientemente conoció de cerca los mensajes de odio cuando comparó la Operación Peter Pan, que en la década de 1960 separó de sus padres a más de 14 000 niños cubanos, con la actual crisis de menores no acompañados que ahora cruzan la frontera. La reacción del sector más extremista de la ciudad no se hizo esperar.
En solo horas se mostró la ira de aquellos que no admiten otra versión que no sea la suya y molestos llamaron a las radiodifusoras en español, enviaron cartas a los editores y montaron un debate en el Museo Americano de la Diáspora Cubana para denunciar los comentarios del arzobispo. Por su parte el gobernador republicano Ron DeSantis que había ordenado a su gobierno que dejara de renovar las licencias de los refugios, algunos en manos de la iglesia, calificó de repugnante la comparación con los exiliados cubanos que habían llegado de manera legal.
El arzobispo, está familiarizado con las divisiones étnicas y raciales de Miami puesto que además de ser hijo de inmigrantes polacos, durante 18 años, fue el párroco de iglesias en las que su feligresía era mayoritariamente haitiana, y oficiaba la misa en creole.
En una reciente entrevista recordó que se ocupó de los haitianos cuando llegaban en barco al mismo tiempo que los cubanos. Recalcó durante la misma que los cubanos eran considerados refugiados políticos y los haitianos eran vistos como refugiados económicos pero entre ambos no existe ninguna diferencia pues al hablar con cualquiera, cubano o haitiano, dicen los mismo quiero trabajar o no tengo futuro en mi país.

Esas declaraciones aunque no causaron revuelo en su momento tampoco fueron recibidas con mucho agrado dentro de la extrema derecha radicada en Miami, ya que allí siempre se ha querido mostrar a la emigración cubana con un matiz de víctima de un régimen y personas refugiadas porque en su país de origen sus vidas Corrían peligro. Ya es sabido que esta historia de victimización se desmonta cada vez que esos refugiados regresan de visita a Cuba y postean sus fotos en fiestas de barrio, allí donde sus vidas supuestamente corren peligro.
Según el arzobispo, los menores no acompañados de la actualidad solo fueron mencionados brevemente cuando el gobernador y varios obispos se reunieron a principios de febrero. La noche anterior, DeSantis, que es católico, y su esposa, Casey, habían asistido a la Misa Roja del Espíritu Santo que el arzobispo celebra en Tallahassee,según informó también Patricia Mazzei en The new York Times.
El arzobispo dijo que, en la reunión, le pidió al gobernador que llegaran a un acuerdo favorable para todos que le permitiera criticar la política federal de inmigración, que el arzobispo calificó como caótica, y al mismo tiempo mantener abiertos los refugios. Pero, el gobernador no se comprometió. Ya en enero Wenski había escrito un trabajo de opinión en el cual mostraba su preocupación sobre la posibilidad de que el refugio que la iglesia tiene en Cutler Bay pudiera quedarse sin licencia.
Operación Peter Pan.
Desde los inicios mismos de la Revolución cubana el tema migratorio se ha usado con fines políticos y hasta hoy nada ha cambiado. Actualmente vemos que mientras miles y miles de centroamericanos dejan sus países de origen para marchar al norte son los cubanos los que acaparan los titulares sensacionalistas de la prensa bajo términos tan capciosos como huyen o escapan y al mismo tiempo EE.UU incumple los convenios migratorios con la isla mediante los cuales se debían otorgar 20 000 visas anuales.
En esta novela politizada la Operación Peter Pan fue uno de los primeros capítulos. Todo el proceso era parte de la guerra fría que hoy sobrevive en La Florida y un ejemplo de manipulación de la información, de tergiversación y engaño. Mientras se organizaba todo en secreto entre el Departamento de Estado de Estados Unidos, la jerarquía de la Iglesia Católica en Miami, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y las organizaciones contrarrevolucionarias al noble pueblo cubano se le enviaban mensajes a través de la radio diciéndoles que Fidel Castro y el nuevo gobierno les quitarían a sus hijos.

En los mensajes radiales emitidos por Radio Swan se les orientaba a los padres que acudieran a la iglesia donde les dirían qué hacer. Allí entraba a escena la otra parte de la manipulación y la mentira dándose a conocer una falsa Ley de la Patria Potestad, supuestamente emitida por el gobierno cubano y que sería distribuída clandestinamente entre la población. El texto de esa ley fue redactada en EE.UU e introducida en Cuba por el agente de la CIA en la isla, José Pujals Mederos. Según reconoció años después Ángel Fernández Varela, también agente de la CIA, él fue una de las personas responsables de la redacción de esta falsa legislación.
Mediante esta despreciable e inhumana operación salieron de Cuba un total de 14 048 niños, muchos de ellos nunca volvieron a encontrarse con sus padres.
(Tomado de La Otra Versión)