
El nombre de Ted Cruz (derecha) aparece en el primer lugar de la lista de beneficiarios del lobby armamentista en Estados Unidos al recibir 442.343 dólares. Por su parte, Marco Rubio (izquierda) ha recibido 183.550 dólares del lobby armamentista de su país.
No he podido averiguar si los senadores Marco Rubio, Ted Cruz y Bob Menéndez fueron lobistas en sus primeras etapas políticas, pero no cabe dudas de que esos individuos de lamentable origen cubano ya habían tenido estrechos vínculos con grupos de interés y empresas a los que apoyan en las cuestiones más deleznables, como es la venta libre de armas por la Asociación Nacional del Rifle, para poner un ejemplo, ente que los apoya con sumas elevadas durante las campañas, estrategia que les ha resultado exitosa en materia electoral.
Por estos días hemos comentado algunas andanzas de esos elementos que los mantienen involucrados en todo tipo de corruptelas, utilizando sus cargos legislativos en defensa de intereses espurios. A los susodichos no les hace falta lobistas para realizar sus fechorías legalizadas, aunque sí hay muchos que trabajan para influir a otros senadores y representantes.
El término lobista debe su significado a que históricamente los grupos de interés esperaban a los políticos en el lobby (pasillo) del Parlamento con el fin de manipularlos. Hasta el día de hoy, en la mayoría de los países desarrollados, esta práctica se ha convertido en una profesión muy bien remunerada.