Defendiendo la realidad cubana


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Por: José Ernesto Nováez Guerrero 

“Su función real es mucho más abarcadora y tiene un importante vínculo con los intereses dominantes”.

El capitalismo contemporáneo, como sistema de producción hegemónico, cuenta con la espontánea producción ideológica que implican las relaciones de producción. Pero esta, por sí misma, no es suficiente para garantizar el predominio del sistema por largos períodos de tiempo. La contradicción esencial, que ya apuntara Marx en el lejano siglo XIX, entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación de la riqueza producida va generando también, espontáneamente, la contradicción del proletario con esas relaciones.

En la medida en que se agudizan los niveles de apropiación privada — sumado a las crisis cíclicas del capital y los modelos de desinversión y privatización de lo público que implica el esquema neoliberal—, aumenta el grado de contradicción entre las clases trabajadoras y la clase que detenta el poder en una sociedad determinada.

“El capitalismo desarrolló en el siglo XX una estructura que sería fundamental para su desarrollo posterior: los denominados think tanks o tanques pensantes”.

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