Hemos recibido en los últimos días muchos mensajes de amigas y amigos de la Casa y de la Revolución Cubana que, ante las persistentes y sombrías noticias que proliferan en medios y redes, preguntan con inquietud qué está pasando en nuestro país. ¿Se están enfrentando realmente “el pueblo” y “el gobierno”? ¿Es Cuba un “Estado fallido” incapaz de solucionar una crisis?
Coincidiendo con la entrada en vigor del Código, un huracán arrasador azotó la región occidental de Cuba, y su estela dejó decenas de muertos en los Estados Unidos. Es doloroso y difícil, para cualquier país que sufra tal contingencia, volverse a levantar, atenuar el sufrimiento de los damnificados, intentar recuperarse de los daños y avanzar. Para Cuba –estrangulada económicamente y calumniada durante décadas– el desafío se multiplica. Solo la incontestable decisión de destinar los escasos recursos del país a que nadie quede desamparado y la convicción de que únicamente con la participación y el respaldo del pueblo es posible salir adelante, pueden explicar que de nuevo logremos sobreponernos, sin dejar de pensar en ir mucho más allá.