La sociedad estadounidense permanece tan dividida como siempre. Quienes vieron ilusamente la llegada histórica del primer negro a la Casa Blanca como símbolo de heridas superadas en esa multiétnica y multicultural nación se cayeron de bruces cuando terminó el mandato de Obama, o quizás antes, y no cesaron los abusos policiales, los asesinatos de afroamericanos, la discriminación creciente a los latinos. Sigue leyendo