Por: Juan Manuel Karg
Se cumplen 500 días de la prisión de Luiz Inácio Lula da Silva, en medio de una crisis política-económica de dimensiones que vive Brasil. La revelaciones de Glenn Greenwald demostraron que el Lava Jato fue la herramienta judicial para una doble operación en formato de pinzas: la salida del Partido de los Trabajadores del gobierno, vía el impeachment a la entonces presidenta Dilma Roosseff, y la prisión y posterior inhabilitación de Lula, quien 500 días atrás encabezaba todas las encuestas en la carrera presidencial en su país. Producto de esa deformidad fue electo el ultraderechista Jair Messias Bolsonaro: el triste resultado del aniquilamiento de los resortes políticos en la idea de correr al PT del mapa. Sigue leyendo