Claro que me gustaría ver al senador Bob Menéndez retirarse –de forma permanente. Durante demasiado tiempo, él ha sido una piedra en el zapato de Cuba. El político de Nueva Jersey, que a menudo actúa más como un don mafioso que como funcionario público, ha hecho más daño que bien a la nación isleña, y si las acusaciones son ciertas, se ha enriquecido mientras que supuestamente servía al público. Sigue leyendo