Nora de Izcue, considerada » madre del cine peruano», fue reconocida con la medalla por la Cultura Nacional Cubana.
La condecoración fue impuesta por el embajador de Cuba en Perú, Carlos Rafael Zamora Rodríguez, en una ceremonia junto a familiares y funcionarios públicos peruanos.
No creo, se trata de la apropiación de símbolos externos, basados en un creciente impacto de los medios digitales y propagandísticos de las transnacionales de la información.
Tratar de suplantar las tradiciones, la cultura, la memoria histórica y las raíces de los pueblos es una estrategia imperialista. La usurpación de la identidad, las nacionalidades y culturas ancestrales.
El Comandante en Jefe Fidel Castro alertó: “La cultura es lo primero que hay que salvar”
Debemos entender que un pueblo sin cultura es insostenible. La memoria y el patrimonio imperan como sinónimo de autorreafirmación y poderío ante corrientes o fenómenos foráneos. He aquí otras de sus misiones fundamentales, contrarrestar la desidia, la banalidad, lo efímero y poco instructivo. La cultura significa ingenio, un convite a la creación constante y estímulo para el alma.
La estrategia del enemigo está bien descrita aquí:
…”Gracias a su diversificado sistema propagandístico, Estados Unidos debe imponerle su visión, estilo de vida e intereses particulares al resto del mundo…
El testimonio de Vicente Feliú que aparece a continuación forma parte del libro escrito por Luis Suárez Salazar y Dirk Kruijt titulado La Revolución Cubana en Nuestra América: el internacionalismo anónimo, Casa Editorial RUTH, 2015, pp. 338-358.
La entrevista que sirvió de base a este testimonio se realizó el 8 de diciembre de 2011. La versión que aparece a continuación fue revisada y aprobada por su autor el 6 de septiembre de 2013.
LA NUEVA TROVA: UNA EXPRESIÓN DE LA SOLIDARIDAD ENTRE LOS PUEBLOS DE NUESTRA AMÉRICA*
Entrevista con el trovador cubano Vicente Feliú, fundador del Movimiento de la Nueva Trova. En la actualidad es el Coordinador de Canto para todos que, en las esperanzadoras circunstancias políticas existentes en el continente, ha venido movilizando a un importante número de viejos y nuevos trovadores de España, Portugal, pero sobre todo de América Latina.
Cuando triunfó la Revolución Cubana yo tenía once años. Pero creo que no es posible hablar de mi participación en la posteriormente llamada “Nueva Trova” y de su contribución a la solidaridad con los pueblos de Nuestra América sin mencionar la política internacionalista de esa revolución y sin recordar a Carlos Puebla. Él fue quien puso la “primera banda sonora de la Revolución Cubana”. Es el “padre mayor”. Con su maravilloso lenguaje popular, picaresco y directo en sus canciones, comenzó a difundir, entre otros temas universales, la heroicidad del pueblo vietnamita y nos dejó una de las canciones más bellas que se le ha compuesto al Che.
Las raíces de la Nueva Trova
Bajo esas y otras influencias que mencionaré más adelante, varios de los jóvenes trovadores que en 1972 conformamos el Movimiento de la Nueva Trova, desde el principio empezamos a pensar en el internacionalismo. Desde los primeros años de nuestra juventud estábamos buscando la manera de colaborar con las luchas revolucionarias en América Latina, y probablemente en esos momentos ni siquiera estábamos haciendo canciones.
El cantautor cubano Silvio Rodríguez durante una actuación en la inauguración de la Cumbre de los Pueblos que se realizará en paralelo a la VII Cumbre de las Américas, en la Ciudad de Panamá el 9 de abril de 2015.- AFP
No sé bien en qué momento, entre tantos viajes en coche, empecé a darme cuenta de qué estaba diciendo esa voz fina con acento caribeño que salía del radiocasete del Ford de mi padre. Las carreteras eran eternas para un niño en el asiento de atrás del coche. Crecí tarareando canciones que en mi colegio poca gente conocía. Para mí era normal saber qué era un papalote, un domingo de trabajo voluntario, por qué la cobardía era asunto de los hombres o que la maza sin cantera no era muy útil.
Al tiempo descubrí quién era Silvio Rodríguez y por qué mi padre quemaba aquel Te doy una canción, que en realidad se llamaba Días y Flores, pero que Franco censuró y tuvo que cambiar el título de su primer LP publicado en España. Todavía no sé cómo llegó Silvio a mi padre, si fue efecto de esos años 70 de cambios políticos, pero ahí estaba, eran los noventa y la historia todavía pesaba sobre aquellos comunistas, que sobre sus hombros tenían la carga de los vencidos por el capitalismo.
El concubinato entre un poderoso —poder que viene del capital— sector de la industria estadounidense del espectáculo orientada hacia los hispanoparlantes y la industria anticubana asentada en Florida, alcanzó un punto cenital en la edición de los premios Grammy Latinos 2021.
Lo que comenzó con la doble nominación —nada menos que como Canción del Año y Mejor Canción Urbana— de un producto diseñado especialmente para funcionar como la banda sonora del golpe blando urdido por autoridades y agencias federales estadounidenses contra el sistema, el gobierno y la abrumadora mayoría del pueblo de Cuba, terminó por venderse como la joya de la premiación en la MGM Grand Garden Arena en Las Vegas, no solo con los dos premios adjudicados, sino por la aureola que arropó la jugada.
Antes de que Cuba tuviese su primer teatro o su primer periódico, había ya en la ciudad de Santiago de Cuba, un compositor tan notable y enterado como Estaban Salas (…).
Alejo Carpentier
Prefacio a La música en Cuba
La música cubana está inscrita en los más altos sitiales del arte, reconocida como una de las matrices y génesis de los formatos y las expresiones que enriquecen la cultura latinoamericana. El propio Alejo Carpentier en su célebre libro La música en Cuba reconoce la naturaleza orgánica e intrínseca del archipiélago en la hechura de un lenguaje, de un sabor y una mística. En estas tierras surgen los instrumentistas, compositores y cantantes casi de forma natural y existen familias enteras que, por generaciones, aportan brillantez y belleza, profundidad y sentido.
Esta historia, que antecede por mucho a los grandes premios de la industria mediática del hemisferio, ha sido también el terreno donde se producen constantes choques de lo que se conoce como Guerra Fría Cultural, un proceso que se estudia en la academia y que tuvo su génesis en el conflicto de sistemas políticos desde la Revolución de Octubre de 1917 y el surgimiento de la bipolaridad mundial. Aunque importantes historiadores, como Frances Stonors, nos hablan de una Guerra Fría cultural casi enfocada únicamente en los clásicos de la literatura o en la mal llamada alta cultura, la práctica ha llevado a reconocer que existe también a partir de las manifestaciones de la creación popular tales como la música, la oralidad y otros productos que poseen un alto impacto en el imaginario colectivo.
Madrid pareció la ciudad de la República española. Desde la bandera republicana amarilla, roja y morada hasta la bandera del Partido Comunista, hasta la de Cuba… Son las fiestas del centenario del Partido Comunista de España en la ciudad madrileña de Rivas Vaciamadrid.
Este domingo terminó con el acto de encuentro de organizaciones y personalidades cercanas a su trayectoria en el auditorio Miguel Ríos, inmenso, al aire libre, con sol duro y radiante. Silvio Rodríguez cierra en concierto. Miles de personas habían llegado de todas partes, horas esperando, horas juntos entonando las canciones de siempre; aquellas mismas que nos devuelven el sentido de la utopía total.
Fue uno de los más emblemáticos del movimiento músico-social llamado «Nueva canción chilena», y uno de los pilares en la música latinoamericana.
Tras el golpe de Estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973, Jara fue detenido el día siguiente por las Fuerzas Armadas de la dictadura militar recién establecida, debido a su militancia en el Partido Comunista de Chile. Fue torturado cortando sus dedos y su lengua para que no pudiese tocar su guitarra o cantar mientras le propiciaban insultos. Tras cuatro días, fue asesinado con más de cuarenta disparos en el antiguo Estadio Chile, que con el retorno de la democracia fue renombrado «Estadio Víctor Jara».